Visita 3

SOBRE LA FACULTAD
DE COMUNICARSE CON DIOS

      Conversamos mucho con Vladimir, incluso en su casa. Especialmente me gustaban las situaciones cuando los Espíritus Santos venían y participaban en nuestros diálogos. Vladimir Los podía oír y ver tan bien como a las personas encarnadas. Algunas veces hasta tuvimos unos «concilios» cuando nos hundimos en temas médicos y deliberamos sobre diferentes métodos de sanación para una u otra persona.
      Un día yo pregunté:
      —¿Cómo se puede aprender a comunicarse con Dios de tal manera como lo sabes hacer tú?
      —Esto se logra con experiencia a medida que uno estudia todos los planos de la multidimensionalidad —contestó Vladimir.
      Solamente fruncí el entrecejo con aire pensativo. «¿Cuándo dominaré esto?».
      Viendo mi recogimiento, Vladimir continuó:
      —Es necesario hacer preguntas a Dios para que haya el trabajo en equipo con Él. Si no preguntas, entonces no estás interesada en tal trabajo. ¡Debemos aprender a resolver los problemas que surgen junto con Dios! ¡Debemos aprender a crear junto con Él! ¡Esto es nuestro aprendizaje «para ser Dios»!
      Así es. Vladimir, por ejemplo, ya «armó una concepción» de los conocimientos recibidos de Dios. Y casi no hay países donde no lean sus libros. ¡Y las generaciones futuras también crecerán con éstos!
      Sí, no debemos esperar que Dios nos de órdenes. Cumplir órdenes es lo que hacen perros, caballos, máquinas… Pero para nosotros es mucho mejor y más beneficioso tratar de captar los pensamientos y las intenciones de los Espíritus Santos. «Aprende a percibir cada susurro de Mi Pensamiento», así le enseñaba Dios a Vladimir en cierto tiempo.
      Claro que podemos pedir consejos y hacer nuestras propias proposiciones. Y Dios puede aceptarlas, corregirlas o aconsejar que actuemos así o asá. En caso de que sigamos insistiendo en nuestra opinión, Él nos dejará actuar según nuestro modo de ver para que nos cercioremos de que estábamos equivocados. Y es de esta manera, entre otras, como se gana la experiencia personal de la vida.
      Como resultado de todo esto, debemos aprender a pensar como Dios. 

  
* * *
      Una vez, cuando ya habíamos regresado muy cansados a la casa e íbamos a descansar, Vladimir me dijo de repente que me dejaría sola en el cuarto, porque Krishna quería hablar conmigo en privado. Con cierto grado de tristeza, seguía a Vladimir con la mirada. «¿Cómo oiré las recomendaciones de mi amado Krishna sin Vladimir? ¡Pues, casi no sé escuchar! ¡Pero sí quiero captarlo todo!».
      Sin embargo, después de pensar un rato, me tranquilicé. ¿Quién, sino Krishna, debe saber qué sea y cuándo sea apropiado decir?
      Entonces me senté cómodamente y me relajé en el anahata expandida, prohibiéndome cualquier movimiento de mis propios pensamientos. Sin embargo, no pasó nada más que experimenté muy intensivamente la presencia de Krishna en mi anahata.
      Pronto entendí que ahora, en esta etapa de mi desarrollo, yo todavía no podía escuchar las voces de los Maestros y, por lo tanto, Dios trataba de comunicarse conmigo a través de mis pensamientos. También comprendí que la facultad de entender a Dios depende de la facultad de permanecer en la Unión firme con Él y que, además, durante esta Unión debo «permitirle pensar» solamente a Él.
      Sólo entonces logré percibir algo y empecé a hacer preguntas a Krishna.
      A veces mis propios pensamientos «se metían» en Sus respuestas, pero yo los rastreaba y los ahuyentaba. Creo que mis errores en este proceso eran justificados, puesto que empecé a aprender a comunicarme con Dios de esta forma hace muy poco.
      Así pude anotar lo siguiente:
      «Debes crecer como conciencia a través del amor. ¡Pero no a través de cualquier tipo de amor, sino a través del amor de Mi nivel Divino! ¡Debes llegar a ser como Yo! ¡Y amar como Yo!
      ¡Busca la oportunidad de dar tu amor!
      ¡Ahora la diferencia entre nosotros consiste en que Yo te amo a ti más que tú a Mí!
      ¡Siempre trata de alcanzarme! ¡Sé Mi Sol entre las personas en el mundo material!
      Date cuenta de cómo Yo te amo a ti y de cómo amo a los demás.
      ¡Que todo siga su curso natural! ¡No te preocupes de esto! ¡Yo serviré a lo bello en tu vida!
      ¡Confía en Dios y un día nos encontraremos sin “impedimento” alguno! ¡La pared entre nosotros —pared de los niveles del desarrollo de las conciencias— caerá y caminaremos juntos por el mundo! ¡Realízalo!».
      ¡Estaba llena de felicidad, pero al mismo tiempo de melancolía!
      ¡Mi Dios estaba hablando conmigo y yo podía escucharlo! ¡¿No es una gran felicidad?!
      ¡Pero la melancolía surgía porque yo quería más! ¡Quería disolverme en Él completa e inseparablemente, disolverme de tal manera que las caricias, los abrazos y los besos en el mundo material serían algo insignificante en comparación con las nuevas sensaciones y emociones! ¡Y ahora yo comprendía con todo mi ser que esto no solamente era posible, sino que debería ser realizado!
      ¡Permaneciendo en aquel estado, de súbito declaré a los Maestros que me precipitaría a besarlos a Todos cuando me encontrara finalmente con Ellos! Me reí un poco de mi propio pensamiento expresado de esta forma e, inmediatamente, percibí que a mi alrededor también se echaron a reír. Creo que eran Aquellos a Los Que prometí.
      ¡Me puse a recordar otra vez todo mi camino recorrido en esta vida hasta aquel momento! ¡Recordé cómo buscaba tan desesperadamente el Amor, sin comprender que realmente estaba buscando a Dios todo este tiempo! Deseé muchísimo dedicar a Krishna unos poemas, porque las emociones de amor ya «se desbordaban» de mí.
      Este poema lo compuse muy rápido y entendí que esto pasó porque lo estábamos escribiendo junto con Krishna.
     
      ¿Qué es el mundo sin Tu Luz?
      ¿Para qué vivir en éste?
      ¿Para qué contemplar la salida del sol?
      ¡Hermosa, pero sin Ti!
      ¿A quién abrazar? ¿Mi Querido, dónde estás?
     
      Y, como respuesta, Te pegarás a mis labios,
      me envolverás en Amor y susurrarás:
      «¡Atrévete! ¡El que busca encuentra!
      ¡Con Mis pies, llegarás a Mi Morada!».
     
     
     
      ¡Con los rayos de Tu Sol, tocarás mi piel!
      ¡Y el viento templado acariciará mi cabello!
      ¡Mi Dios, no hay nadie más querido que Tú para mí!
      ¡Mi amado Tao, Ishvara, Alá!
     
      Más tarde, para ayudarme, Vladimir me dio una de las Revelaciones recibidas de Juan Matus, aquella que fue dirigida a Anna en cierto tiempo. Esta Revelación también hablaba de oír y de ver y me ayudó a mejorar estas facultades. Aquí la presento:
      «El poder se les da según su impecabilidad.
      El ver y el oír surgen cuando el poder personal crece.
      “La forma humana” es lo que impide recibir el poder personal.
      El Océano entero del Poder Divino está aquí, está cerca. Pero es necesario arrojar completamente los restos del ego y del egocentrismo.
      Renunciar al ego significa disolverse en Mí y mirar con Mis Ojos, escuchar con Mis Oídos.
      Yo veo y escucho.
      ¡”Ríndete” y permítame ser tú, incluso dentro de tu cuerpo! Y entonces aprenderás a ver y a oír cabalmente.
      Debes unirte con el Poder, convertirte en Éste. Esto es lo que significa “ser el Hombre de Conocimiento”.
      ¡Ustedes tienen muy poco tiempo y ninguno para las fruslerías! Nadie sabe hasta dónde podrá avanzar en la senda del Poder y del Conocimiento. Y nadie será perdonado si hace menos de lo que pudiera haber hecho.
      Soy un Nagual. Somos muchos. ¡Siempre estamos prestos a ayudarles! ¡Siempre estamos cerca, en cada instante de sus vidas! ¡No pierdan en vano estos instantes!
      ¡Para poder mirar el rostro de la muerte con una sonrisa, ustedes deben ser impecables!».

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