Visita 3

EL AMOR DE LA MUJER SUFÍ

        Una Mujer Divina Sufí nos invitó a visitarla y estábamos esperando aquel encuentro con alegría.
        Llegamos a Su tierra en el tren eléctrico y luego caminamos durante mucho tiempo por una senda de bosque.
        Su sitio de poder se encontraba sobre una pequeña colina arenosa, cubierta de líquenes canosos y de pinos jóvenes.
        Salió el sol e iluminó con su ligeramente anaranjada luz las cimas de los árboles. ¡Era tan bello como si me hubiera despertado en un cuento de hadas!
        Habiéndonos llevado a cierta área de la zona de trabajo, Vladimir comenzó a contar:
        —Toda esta parte de la colina es el sitio de poder de la Mujer Sufí y su epicentro está cerca de este pequeño pino.
        »Sufí brinda Su ayuda —a aquellos que la necesitan realmente— en la purificación de la energía de la cabeza, en particular, en la sanación de los órganos de la vista.
        »Entremos. Puede que al principio sientas un poco de mareo —me dijo Vladimir—, pero es normal. ¡Cuando nosotros estuvimos aquí por primera vez, todos tuvimos estas mismas sensaciones debido a Su influencia muy fuerte!
        Me dejaron a solas con Sufí. ¡Me arrimé de espaldas al pino y, habiendo caído en Sus Brazos, inmediatamente desaparecí! El Amor tierno y caliente de Sufí llenó mi anahata y luego todo mi cuerpo, sin que yo hubiera hecho esfuerzo alguno. ¡Con un poco de tristeza, percibí la gran diferencia que todavía existía entre nosotras y pensé que me faltaba muchísimo por aprender con el fin de llegar a ser como Ella!
        ¡Yo experimentaba cómo Sufí me besaba y abrazaba! ¡Era un Amor muy intenso, pero al mismo tiempo muy sutil! ¡En aquel entonces, surgió el pensamiento de que si yo fuera un varón y me encontrara en mi camino con una Mujer así, alcanzaría infaliblemente la Perfección! ¡Habiendo sonreído a estos pensamientos míos, decidí aprender, necesariamente en esta vida, a amar como aman las Mujeres Divinas!
        Y entonces Sufí me dijo:
        —¡El amor de una mujer puede obrar milagros abriendo corazones espirituales y guiando a los demás por el camino de amor!
        »¡Sin embargo, para esto es esencial tener poder! ¡Así que, vuélvete fuerte!
        Más tarde, mientras estábamos comiendo antes de empezar nuevas meditaciones, Vladimir me comunicó otras palabras Suyas:
        —¡Tú llevarás muchas personas a Mí! Madurarás completamente cuando tengas 40 años aproximadamente.

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